Semanario satírico cuyo objetivo primordial era "limpiar, sanear el pueblo sin perjuicio de contestar a los verdaderos autores de una Hoja titulada
El Defensor de la Verdad, y decimos los verdaderos autores, porque conociendo al desgraciado que la firma, sabemos que este pobre hombre no tiene aptitudes para escribir, y sí únicamente, para admitir depósitos" (nº 1). Fue, naturalmente, partidario del periódico local
El Defensor del Pueblo. Los trabajos que aquí aparecen están firmados con seudónimos. "El Barrendero Mayor" dirigía el periódico.
Ricardo Gusó Vert fue redactor, tal vez ejerciera por entonces, en la localidad, su profesión de maestro de enseñanza primaria.