Este título es consecuencia de la reestructuración del periódico
El Magisterio Extremeño que se vio obligado a burlar una prohibición judicial al ser condenado por la campaña que realizó sobre la enseñanza laica y que llevó al obispo
Ramírez Vázquez a declarar herético el periódico. En enero de 1882 recuperó el título original (Gómez Villafranca,
La prensa de Badajoz. p. 162).