En 1891 el tipógrafo
Antonio Arqueros Garrido ya había abierto su imprenta y librería en la calle Larga 48. En 1896 remodela y amplía el establecimiento que figurará durante algunos años como Imprenta El Progreso de Arqueros. Hasta su fallecimiento, en 1934, este impresor, editor y escritor, desarrolló una intensa actividad tipográfica y editorial, y mantuvo la amplia y variada oferta de su acreditada librería. La imprenta continuaría regentada por su viuda.