Desde su establecimiento en 1923, con Ignacio Ojalvo Solís como regente, y casi hasta su constitución en Editorial Extremadura S.A. en 1932, la imprenta que debió su existencia al
diario Extremadura, fue denominada Talleres Extremadura, en directa alusión a la cabecera de dicho diario. Ambos realizaron al mismo tiempo su largo recorrido vital bajo el paraguas de Editorial Extremadura S.A., empresa de la que fue accionista mayoritario el Obispado de Coria hasta 1985 en que una ampliación de capitales incorporó a otros socios. En 1933 contaba con 21 operarios y mantenía abiertos los servicios de encuadernación y librería. En 1988 sería comprada por el Grupo ZETA. La imprenta, inicialmente asentada en el edificio de La Generala, plaza de Caldereros 2, ha ocupado distintos domicilios (polígono de la Madrila en 1973, calle de Camino Llano, 9 en 1987), hasta finalizar en las instalaciones de Aldea Moret. La hoja de ruta, marcada por la composición con el primitivo tipo móvil y máquinas planas de los primeros tiempos, siguió con la incorporación de las de fotocomposición y rotativas en offset, una renovación introducida por el nuevo grupo editorial. En 2012 cierra la rotativa de El Periódico Extremadura, entonces ubicada en Plasencia, donde se imprimían este y otros periódicos y revistas.