Su aparición se debe a un grupo de extremeños, liberales demócratas, seguidores de Eugenio Montero Ríos. Lo redactaron amigos y partidarios de Emilio de Codecido Díaz, por lo que Heraldo de Extremadura se distribuyó en Plasencia y su distrito como propaganda de su candidatura a diputado. Contó con la colaboración de Mario Roso de Luna.