En marzo de 1886 reapareció tras superar una interrupción. Incorpora entonces una nueva sección de grabados que muestran las ruinas romanas que existen en Extremadura así como el retrato de las individualidades más destacadas de esta región. En mayo del mismo año abrió un certamen literario al que convocó a poetas y prosistas españoles.
Rogelio T. de la Gándara, colaboró en alguna ocasión, y también cuando en septiembre de 1886 la revista pasó a llamarse La Ilustración Extremeña, en ella aparece un amplio estudio biográfico a Meléndez Valdés (Crónica de Badajoz, 13 de marzo de 1886, p. 1; Real Magdaleno,
Historia del Periodismo…).