Se trata de un periódico político defensor de las ideas republicanas gestado en la imprenta de
Nicolás María Jiménez, que figuraba como administrador del mismo. Sus responsables determinaron rechazar los artículos que no fuesen firmados de antemano (BOPC, nº 289, 2 de junio de 1870). En el mismo año se convirtió en
El Faro del Pueblo.