Al parecer este interesante periódico hubo de salvar fuertes obstáculos que se oponían a su realización. Amor a la ilustración y a la cultura es lo que motivó a sus responsables, y concretamente a Francisco Liberal "a lanzarse a la arena periodística, para atacar enérgicamente la destructora apatía de los hijos de nuestro pueblo, ahuyentar la paralización de la riqueza proponiendo los infinitos medios de ventajosos resultados que existen entre nosotros" (nº 1). Artes y Ciencias, Literatura y Comercio, Agricultura e Industria, Ferrocarriles y Minas, serían puntos de interés para el periódico. Quizá fue el tema de los ferrocarriles extremeños el que más atendido; Carlos Godínez de Paz, ex-diputado a Cortes, inició en el periódico este asunto apoyado por Sánchez de la Campa y especialmente por las localidades de Trujillo y Navalmoral. Manifestaciones opuestas (trazado de la línea de la derecha del Tajo) ofrecieron en el periódico Felipe Calzado Pedrilla, Juan González Hernández, Julián Antero Zugasti y Ramón Rodríguez Leal. La empresa de El Eco de Extremadura se vio obligada a comprar una imprenta al elevar Nicolás María Jiménez, en cuyo taller se imprimía, los costes de impresión. Secretario de redacción era Manuel Muñoz Bello y editor responsable su hermano Santiago Muñoz Bello. En 1865 era editor responsable, y también redactor, Francisco Barrigón y Corchado, y secretario de redacción Jacinto Corchado.