Salió a la luz pública a iniciativa de "algunos, pocos por desgracia, de los contados elementos que restan de la antigua Redacción de El Antruejo..."; sus responsables resumen así la finalidad de la revista: "tratamos de seguir aquel precepto latino de distraer, ya que no de instruir, deleitando" (nº 1). La
Revista de Extremadura la consideró "un inapreciable archivo histórico, arqueológico, biográfico, usual, consuetudinario, folklórico, fundacional, anecdótico, poético y legendario". A partir de su nº 1 y con el título general de El Libro de Valencia de Alcántara, comenzó la publicación de "monografías, documentos y apuntes, referentes a hechos vistos, oídos o leídos, o escudriñados por Antonio Azuar". En mayo de 1909, un suplemento al nº 18 anunciaba la suspensión temporal de la revista y explicaba la causa: "ni nos falta el favor del público, ni el entusiasmo de nuestros paisanos, ni los elementos necesarios para los gastos materiales de impresión y correo"; pero faltaba
Antonio Azuar, por traslado profesional a Valencia del Cid, y el cese se hizo definitivo.