No guarda relación ni semejanza con los periódicos que le precedieron con igual título. Pretendió abarcar un amplio contenido de materias. Secciones fijas fueron: Fondo - Miscelánea Política - Noticias Generales - Sección Provincial - Sección Local - Última Hora - Telegramas. Defendió las ideas republicanas de Ruiz Zorrilla. Figuró como administrador Miguel Pimentel y Donaire, fundador del periódico juntamente con Ramón González Fernández. En el nº 8 pasa a subtitularse Eco de la Región Extremeña porque "los propietarios del periódico EL FARO EXTREMEÑO, que se publicaba en Cáceres, y del cual era director Juan Guillén Palomar, han convenido con los del Diario de Badajoz refundir en éste el expresado periódico". En 1885 sufre una suspensión ante problemas de impresión que le obliga a establecer una propia. En su segunda época fueron muy fuertes las campañas realizadas para inculcar las ideas republicanas en el medio en el que circulaba. Ello, y el hecho de ser masones la mayoría de los que hacían el Diario, le valieron anatemas del obispo de Badajoz y las diatribas de EL AVISADOR, su más enconado oponente. En septiembre de 1892 pasó a llamarse NUEVO DIARIO DE BADAJOZ.