El Claustro de Profesores del Instituto de Badajoz apoyó la idea de
Máximo Fuertes Acevedo de publicar un periódico que sirviera para establecer una mejor relación entre el profesorado de dicho centro y las familias de los alumnos. Parece ser que, sobre este objetivo inicial, prevaleció el carácter literario y científico. Redactores y colaboradores, krausistas y masones, publicaron composiciones poéticas, latinas y castellanas, la versión castellana de varios diálogos de Luciano y de otros autores, las opiniones encontradas de
Ramiro Fernández Valbuena y
Romero de Castilla, etc. El boletín suspendió en mayo de 1882 su publicación hasta el comienzo del nuevo curso escolar; el "hasta luego" se convirtió en adiós definitivo (Gómez Villafranca,
La prensa de Badajoz, p. 168).